Un extraño ha llegado

Un shinobi... un guerrero... un luchador nato...
Las puertas estabas abiertas al final del camino y nadie vigilaba la entrada. El ninja caminaba lenta y tranquilamente solamente seguido por su sombra. La capa ondeaba solo por el caminar porque no había una mínima brisa, el clima era agradable.
Ayame cruzó las puertas de entrada a la Aldea de la Hoja y no encontró a nadie, no vio nada... todo estaba como desierto, sin embargo continuó su camino lento y tranquilo en busca de alguna persona.

Dany dormia encima de las ramas de un arbol, tan placidamente como si estuviera en su cama.

De alli los pasos de alguien lo desperto y abrio los ojos recostandose de lado para mirar, un hombre

alto de cabellos claros habia entrado en la vacia aldea.

"Y este quien es? debo saberlo"

Pensaba a si mismo Dany y bajo del arbol dando un salto y metio las manos en los bolsillos mientras se acercaba

al sujeto.

- Hola, soy Dany el protector de esta aldea.

Y lo miro de arriba para abajo detalladamente esperando su respuesta.

k chido sta

En compañía únicamente de sus pensamientos el extraño caminaba por la avenida principal de las calles de Konoha sin ver ni oír nada, ni un pequeño sonido. De pronto un jóven muchacho apareció frente a él. Ayame miró fija y fríamente al joven ninja con sus ojos grises sin cambiar en absoluto su expresión agria, esa cara de pocos amigos que lo llevaba a andar solitario.
Cruzó sus manos en la espalda y mirando a un lado dijo:
-No tienes por qué ponerte en guardia, chico- luego volvió su vista hacia Dany, que lo miraba un tanto desconfiado -Todo shinobi que se respete como tal siemrpe se presenta ante otro que no conoce diciendo su nombre- Reinició su caminar lento y tranquilo pasando por el lado de Dany -Eso demuestra que lo considera un igual, ni mas ni menos-. Se detuvo en seco y giró su rostro para mirar al chico con el perfil derecho, Dany pudo ver sus manos juntas a la espalda, iban cubiertas de guantes de cuero negro sujetos a las muñecas por dos grandes evillas de metal del mismo color.- Mi nombre es Kyshuo Ayame-. Acto seguido continuó andando.

Desde donde estaba durmiendo el sentido de impacto ninja que tenia advirtio del peligro en Dany y este desenvaino su katana desviando al instante el filo de las shuriken, sin mover nada mas que su mano y aun tenia los ojos cerrados, luego de que las shuriken cayeron al suelo comenzo a reir por la actuacion y desde alli dijo.

- Que sorpresa... que hace un forastero atacando a un ninja de la aldea de la Hoja por gusto?

Sin decir mas guardo el brillo de la hoja en la funda que tenia atada en el cinturon aun con la sonrisa esperando la respuesta.

Ayame no rió, pero una mueca se dibujó en su rostro. Entonces reanudó su paso lento pero esta vez hacia Dany, quién seguía en el árbol tranquilamente. Kyshuo caminó unos instantes hasta llegar a un lugar desde donde poder hablar sin gritar.
El lugar estaba totalmente calmo por la ausencia de personas a pesar de estar cerca del mediodía. El forastero mantenía ahora sus manos en la espalda cruzando los brazos. Se detuvo y se mantuvo allí de pie unos instantes, sin decir palabra y sin mirar nada, con los ojos perdidos. Dany continuaba con sus ojos cerrados.
-Un pequeño cruce de armas o puños cuenta bastante sobre un guerrero- rompió el silencio Kyshuo al hablar mirando fijo al chico -La acción que acabas de llevar a cabo habla muy bien de tí, muchacho- luego se dio media vuelta -Me disculpo por ese ataque, pero era necesario- reanudó su marcha lenta -La velocidad de esas shuriken era extrema y tú las bloqueaste sin inmutarte, apenas moviendo tu arma. Por cierto, tu esgrima parece de un alto nivel-. Ayame había analizado muchísimas cosas de la personalidad y temperamento de Dany, así como también de sus habilidades, solo por su reacción ante un ataque simple pero que podría ser letal.
-Tal vez tú y yo podamos trabajar juntos, muchacho- dijo desde lo lejos y continuó andando.